martes, 7 de febrero de 2012

La Eurozona y su proceso de ajuste

Transcurridos cuatro años desde el inicio de la crisis financiera-económica que azotó a la eurozona como un todo, queda cada vez más clara la naturaleza de su concepción, la larga duración de la misma y sus escasas posibilidades de una rápida recuperación. A diferencia de lo sucedido con la economía peruana donde los efectos de la crisis mundial 2008-2009 duró escasamente doce meses, medido en cifras sin desestacionalizar, en la eurozona la crisis continúa y se profundiza. Perú tuvo una recuperación tipo “V” mientras que la eurozona muestra una recuperación tipo “U”. ¿Por qué? Fundamentalmente por dos factores: Primero, en la eurozona y en EE.UU el problema es de  sobreendeudamiento de los gobiernos, en el primer caso, y de las personas, en el segundo caso. Mientras no se resuelva ese problema, la economía no tendrá una sólida recuperación. En el Perú no existió problema semejante. Segundo, los sistemas financieros y bancario en particular colapsaron provocando cortes abruptos del crédito al sector privado a la par que una reducción importante del  gasto del gobierno. En nuestro país no se dió ni lo uno ni lo otro.
Los países en problemas de la eurozona se encuentran en un proceso de repago de sus deudas, tanto gobiernos como personas; es decir, están ahorrando con lo que reducen el crecimiento del gasto agregado. Por otro lado, producto de la unión monetaria se produjo, en el pasado, fuertes flujos de capitales desde el centro -básicamente Alemania y Francia- hacia la periferia -Grecia, España, Italia e Irlanda- provocando un superávit de cuenta corriente de la balanza de pagos en los primeros, y un déficit en los segundos. Esto  generó en el trayecto un desequilibrio de precios relativos dada la expansión del gasto interno en los últimos. Para los países de la periferia, sus niveles de precios relevantes subieron relativamente a los de los países del centro suscitando la necesidad de un ajuste de estos en el tiempo. Si hubiera libertad de devaluar, el problema se arreglaría con relativa facilidad pero dada la existencia del “Euro”, esto no se puede. En consecuencia, el ajuste tendrá que darse vía deflación -periferia- e inflación -centro. Si el centro se resiste a la inflación, como está ocurriendo,  entonces todo el peso del ajuste caerá sobre los países de la periferia. Como existe rigidez hacia la baja de precios y salarios el ajuste se vuelve particularmente doloroso y largo, proceso que están experimentando en la actualidad  Grecia, Italia, España y otros.
Si Alemania y el Banco Central Europeo no alteran su concepción de cómo salir de la crisis, el proceso de recuperación será lento y doloroso en la eurozona.

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