viernes, 15 de abril de 2011

Comentario sobre los resultados de la primera vuelta electoral

El pueblo ya dio su veredicto. A la segunda vuelta electoral  pasan el señor Ollanta Humala y la señora Keiko  Sofia Fujimori. Uno de ellos será el próximo gobernante del país.
Si sumamos los votos válidos conseguidos por los dos,  sobrepasan el 50% de la votación total. Y si hacemos el supuesto, razonable, de que la votación representa el sentir de la población, entonces tenemos que llegar a la conclusión de que en ese 50% existe un mensaje a considerar. Más de la mitad de los peruanos está queriendo decir algo.
Toda sociedad, en lo fundamental, enfrenta dos problemas a  resolver. Primero, qué debe hacer  para obtener un crecimiento económico alto y sostenido que permita generar el ingreso (riqueza) necesario para elevar al máximo el bienestar de una sociedad en su conjunto. Segundo, qué debe hacer  para que ese ingreso (riqueza) generado se distribuya entre todos los integrantes de la sociedad de acuerdo a sus reales productividades.
En el Perú,  en los últimos veinte años se ha dado una respuesta  adecuada a la primera interrogante. Desde 1992 se iniciaron las reformas estructurales que han permitido conseguir un crecimiento económico alto, sostenido y sano (sin inflación). Hoy el crecimiento potencial de la economía  se acerca al 6% anual. En este sentido el esquema económico seguido  , en lo fundamental, debe continuar. Una economía de mercado, abierta al mundo, basada en la iniciativa privada donde el estado se dedique, en lo principal, a promover la justicia social y a regular los mercados que no funcionen bien.
Sin embargo, respecto al segundo aspecto del problema, creo que el esquema económico deja  que desear de acuerdo a los resultados obtenidos hasta el presente. La distribución del ingreso y riqueza generada no ha mejorado en forma sustancial en el país. Si bien ha habido reducciones en pobreza y extrema pobreza, parece ser que en algún porcentaje no son reducciones permanentes. Un reciente informe del Banco Mundial  indica claramente que la desigualdad entre las zonas urbanas  y rurales ha aumentado. Al igual que entre los segmentos más ricos y más pobres del país. Esto tiene que ver directamente con  el grado de insatisfacción mostrado por la población en esta última elección. El énfasis,correcto, de la señora Fujimori en combatir la pobreza y extrema pobreza como política central  de su gobierno ejemplifica lo mencionado.
El esquema económico tiene que sufrir modificaciones. No puede seguir tal cual. Pero las modificaciones tienen que ser  en aquellos aspectos que tengan que ver con mejorar  sustancialmente la distribución  del ingreso y riqueza,  reducir la pobreza  y eliminar la extrema pobreza. ¿ Cuales?. Mayor competencia en los mercados. Reformas profundas en la educación y  salud públicas que garanticen acceso igualitario a todos a una educación y salud de calidad. Reforma del Estado en cuanto a descentralización, corrupción, seguridad interna y eficiencia administrativa. Y masiva inversión en infraestructura, concitando la participación del sector privado. Con  esto estaríamos contribuyendo a crear igualdad de oportunidades y a mejorar la pobreza y la distribución del ingreso.

miércoles, 13 de abril de 2011

Elecciones Políticas y Economía de Mercado

Las recientes elecciones políticas presidenciales han puesto sobre el tapete  la añeja discusión en el país sobre las bondades a esperar de un sistema económico basado en el funcionamiento del mercado. Como suele ocurrir en este tipo de temas siempre salen  posiciones extremas y lamentablemente son las que acaparan la atención mayoritaria de la población y sobre todo de la prensa que tiende a polarizarse en torno a ellas. Por un lado, aparecen quienes sostienen que el mercado soluciona todos los problemas económicos y sociales de un país. Hay que dejarlo trabajar sin mayores interferencias sobre todo estatales y le dan un viso de credibilidad citando un buen número de casos exitosos referidos a países que siguen ese modelo donde resalta la experiencia  chilena. Por otro lado están quienes motejan al  modelo de “neoliberal” y  sostienen que  no funciona, fracasó y por lo tanto hay que hacerle ajustes sustanciales o incluso  crear un nuevo modelo de organización económica; una tercera vía la llaman. Pero, ¿es necesariamente cierto lo que predican estas posiciones extremas?. Creo que no lo es. Como todo extremismo tiende a caricaturizar los beneficios y costos de la economía de mercado y por lo tanto sus conclusiones  son erradas. Veamos por qué.
Lo que pocas veces se dice sobre el mercado es que para que produzca los resultados que de el se espera tiene que cumplir una serie de requisitos. Primero, tiene que ser competitivo; sin competencia el mercado produce más costos que beneficios. Segundo,  los salarios y los precios deben ser flexibles de tal manera que rápidamente lideren el ajuste de los mercados ante cualquier shock que enfrenten. Tercero, en concordancia con los dos primeros, tiene que existir un conjunto de principios (leyes) y otras normas que promuevan la competencia ,el funcionamiento flexible de los mercados (clara definición de los derechos de propiedad y su irrestricta defensa por ejemplo) y se otorgue adecuada información a todos los agentes económicos . Cuarto, tiene que existir  el marco institucional adecuado y eficiente que asegure lo anterior. Sin buenas instituciones el mercado produce resultados sociales indeseables como sería el caso de la existencia de un sistema judicial corrupto o la falta de un acuerdo nacional sobre cuestiones fundamentales de la sociedad o la existencia de organismos reguladores débiles. Quinto, reconocer que el mercado por más puro y eficiente que sea falla como bien  señala la teoría económica (rendimientos crecientes, externalidades,etc.). Ante estas fallas nace la necesidad de regulación, normalmente por parte del Estado; no aceptar esto es simplemente una muestra de ignorancia. En fin, podría seguir listando algunos requisitos adicionales pero lo importante es reconocer que la política de gobierno debe enfrentar todas las exigencias  descritas para formar progresivamente las condiciones dentro de las cuales el mercado produzca los resultados que se esperan de el. Sostener que sólo basta dejar que la “mano invisible” trabaje sin mayor participación del Estado es otra muestra de ignorancia.
Pero ¿qué NO  debe esperarse  de una economía de mercado?. Según Ben Bernanke, actual presidente del banco central de Estados Unidos, la operación de un mercado   eficiente no significa que nadie tenga hambre o esté insatisfecho; es decir que no haya pobreza y extrema pobreza. Tampoco significa que no existan  grandes desigualdades entre ricos y pobres. Tampoco garantiza la protección a un país de los efectos de schoks internos o externos como una sequía o  inestabilidad política,etc. Estas consecuencias negativas se magnifican  cuando el mercado trabaja con serias imperfecciones como es el caso peruano. ¿ Qué SI  debe esperarse  de una economía de mercado?. Como sistema económico que organice los recursos productivos de manera eficiente para así maximizar el bienestar económico de los individuos.
La discusión no es si el Estado debe intervenir o no. La discusión debe centrarse en  CÓMO  intervenir. El Estado debe intervenir para crear igualdad de oportunidades entre los peruanos (educación, salud, infraestructura, etc.);  en una tarea reguladora del mercado cuando este falle; subsidiario del sector privado; de combate a la extrema pobreza;  proveedor de  bienes públicos, como seguridad.  No debe intervenir para distorsionar  precios relativos a su antojo (dólar MUC por ejemplo); incursionar  en actividades empresariales  que son realizadas razonablemente bien por el sector privado lo que le permitirá concentrar  sus escasos recursos en promover la justicia social; desestabilizar la economía; corromper instituciones; crear inestabilidad jurídica.
El sistema económico de mercado es conveniente para el país pero debe trabajarse  para crear las condiciones que permitan obtener lo bueno que el nos puede ofrecer.



lunes, 4 de abril de 2011

Un mensaje a los Candidatos Presidenciales

Ahora que estamos en vísperas de elegir  a un nuevo gobierno para  los próximos  cinco años es conveniente reflexionar brevemente sobre algunas cuestiones fundamentales que atañen al bienestar de la sociedad peruana.
Considero que hoy en día queda meridianamente claro que un requisito necesario, pero no suficiente, para elevar el bienestar de todos los miembros de una sociedad (es decir reducir la pobreza) es alcanzar altos niveles de crecimiento de la producción (PBI),  los cuales sean sostenibles en el tiempo y que sean sanos en el sentido que no produzcan inflación ni desequilibrios fuertes de balanza de pagos. En términos técnicos, este crecimiento recibe el nombre de crecimiento potencial de la economía. En el Perú el crecimiento potencial ha venido subiendo  en las últimas décadas hasta colocarse  alrededor del 6% en la actualidad, crecimiento que considero debe aún elevarse a por lo menos 7% anual. La pregunta que inmediatamente surge  es ¿qué debo hacer para lograrlo?, ¿es fácil de alcanzarlo? No, no es fácil de lograr y toma tiempo conseguirlo. Si me pidieran hacer un esfuerzo de síntesis y en pocas palabras expresar los principios fundamentales para fomentar un crecimiento sostenido de la producción y el empleo diría que son los siguientes: a) evitar marchas y contramarchas en el diseño y conducción de la política económica de corto y largo plazo; la orientación económica debe ser seguida, en lo básico, en el tiempo,  independientemente de quién gobierne; b) un esquema tributario de pocos impuestos, tasas bajas, amplia base, equitativo, donde los tratamientos preferenciales sean reducidos al máximo o mejor aún que no existan; c) un marco regulatorio de la actividad  económica que sea racional, transparente y predecible; d) una política de gasto fiscal restringida, de calidad y sustentable  en el tiempo; e) una política monetaria transparente, predecible,  de baja inflación, que asegure el buen funcionamiento del sistema financiero y contribuya a minimizar las fluctuaciones de la producción, el empleo y tipo de cambio nominal; f) creación de instituciones fuertes y de calidad.
Pero no basta con tener un crecimiento alto y sostenido. Nos debemos de preocupar de cómo los frutos de ese crecimiento, ingreso y riqueza, se distribuyen en la sociedad. Los frutos del crecimiento deben de llegar a todos los miembros de una sociedad, de acuerdo a su real y genuina productividad (no monopolios, por ejemplo). Sin embargo, otra vez surge la pregunta ¿cómo consigo eso?  En otro esfuerzo de síntesis planteo los siguientes conceptos. Por lo menos deben de realizarse las siguientes cuatro  reformas estructurales: a)  una profunda reforma de la educación pública que garantice el acceso de todos a una educación de calidad en sus diferentes niveles; b) una profunda reforma de la salud pública que asegure el acceso de todos a un servicio de salud básico donde no todo sea subsidio estatal; c) una profunda reforma del estado que ataque frontalmente los temas  de descentralización, seguridad interna, corrupción, eficiencia administrativa; y d) una masiva inversión en infraestructura que concite el aporte del sector privado nacional e internacional.. Estas reformas contribuirán a reducir la pobreza, hacer una sociedad más igualitaria y a crear igualdad de oportunidades para todos los peruanos. En suma, conducirnos a una situación de país del primer mundo.