miércoles, 16 de noviembre de 2011

Entendiendo la crisis de la Eurozona

La eurozona, conformada por diecisiete países europeos, viene atravesando una de sus peores crisis de naturaleza financiera.
Dicha eurozona alberga dos tipos de países: los llamados países de la periferia -Grecia, Portugal, Irlanda, España, entre otros- y los países del centro como Alemania o Francia. Algunos de los países de la periferia como Grecia e Italia vienen presentando graves problemas de endeudamiento del sector público que arroja dudas sobre su capacidad de cumplir con su deuda en las condiciones pactadas y sobre la viabilidad del sistema financiero privado dada la amenaza de un “credit crunch” generalizado. Normalmente, el análisis de tal situación se hace en función de la sostenibilidad de la situación fiscal futura. Esta vez le daré un enfoque diferente; la analizaré a través de los resultados de la balanza de pagos.
Cuatro países, Portugal, Grecia, España e Italia, presentan un déficit acumulado en la cuenta corriente de la balanza de pagos de alrededor de 180 billones de dólares. Alemania por su parte presenta un superávit de cuenta corriente de alrededor de 180 billones de dólares. La eurozona en su conjunto presenta un ligero superávit en cuenta corriente. ¿Qué nos dice esto? Primero, que la eurozona no necesita que países como China o Brasil le inyecten recursos a manera de salvataje. Su problema es de redistribución interna de recursos desde  países del centro hacia  la periferia para solucionar el problema. ¿Cómo? Haciendo que los cuatro países mencionados ahorren más, reduzcan su demanda y fomenten el crecimiento económico de largo plazo a través de la implementación de reformas estructurales como la flexibilización del mercado laboral y la privatización. Por otro lado, los países del centro como Alemania que ahorran menos, ahora, gasten más.
Con ello, en los primeros se provocará una contracción económica severa e incluso una deflación en el corto plazo. En el segundo, una expansión e incluso inflación. Sin embargo, el ajuste tiene que ser de ambos grupos, no de uno sólo porque ahí el ajuste sería mayor que el necesario. ¿Algo más? Sí. Se necesita como complemento un ajuste de precios relativos. ¿Cómo? Si hubiera flexibilidad de tipo de cambio, es decir, todos los países con su propia moneda, debiera de conseguirse que en los cuatro países se dé una devaluación respecto a Alemania. Ello ayudaría apreciablemente a reducir el costo social del ajuste. Debido a que existe el euro (tipo de cambio fijo), entonces este cambio en precios relativos  tendrá que darse vía deflación-inflación. Como el Banco Central Europeo y sobre todo Alemania no están dispuestos, hasta el momento,  a permitir algo semejante (un poco más de inflación), todo el peso del ajuste tendrá que caer en los países de la periferia. Y habría que ver la viabilidad política de ese proceso y la viabilidad del euro mismo. En ese caso, es posible que Grecia termine dejando el euro.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Sobre el retiro del subsidio a los combustibles

Hace algunos días el gobierno tomó la decisión de efectuar un retiro parcial del subsidio a los combustibles. En efecto dispuso que las gasolinas de 98, 97, 95 octanos no estén consideradas en el FEC así como el petróleo que se usa en el desarrollo de actividades mineras y afines. También el GLP que no sea para uso doméstico. Si dejó en el  FEC el resto de gasolinas, GLP para uso doméstico, petróleo para el uso de la industria, en lo principal.
Considero que es un buen paso inicial en la dirección correcta. Hace varios años he venido sosteniendo que este subsidio no tenía razón de ser ya que implicaba  un uso ineficiente de los escasos  recursos del gobierno. ¿Por qué? Por dos razones en lo principal. Primero, porque viola uno de los requisitos que todo subsidio debe tener, la focalización en el objetivo a considerar. Prácticamente todos consumimos combustibles desde agentes económicos de altos ingresos, medios, bajos y muy bajos. Si queremos ayudar al pobre y muy pobre este subsidio no es el camino adecuado porque también estamos subsidiando a los que no lo necesitan y quizá  los de altos y medianos  ingresos reciben proporcionalmente más subsidio que el resto. Segundo, porque también viola un segundo requisito que todo subsidio debe cumplir, vale decir, que la actividad a ser subsidiada genere importantes economías externas como sucede en el caso de la educación y salud . Subsidiar los combustibles no genera dichas externalidades. Entonces,  por qué se insiste en seguir subsidiando los combustibles en forma indiscriminada.¿ Por temor a la inflación?. No. Ante una alza temporal del ´petróleo en el mundo  lo que se produciría sería un cambio de precios relativos que en el  corto plazo produciría un impacto inflacionario. No más. Sin embargo el costo alternativo de los miles de millones de soles gastados en el subsidio desde el 2004 hasta la fecha  ha sido muy grande, ¿Cuántas vías de comunicación, escuelas, hospitales, apoyo a la ciencia y tecnología se pudo haber hecho con esos recursos? No tiene sentido insistir en ello.
Considero que el gobierno en un plazo prudencial debe dar un segundo paso y terminar de retirar a todos los combustibles del FEC, dando por terminado dicho fondo. Especialmente el GLP que en forma terca insisten en subsidiarlo quizá para tratar de cumplir con una fallida promesa electoral.