miércoles, 11 de mayo de 2011

¿Es posible una inflación por causas no monetarias?

Hace unos veinticinco o treinta  años la respuesta hubiera sido un “no” rotundo. Pero hoy  se acepta que la inflación puede  tener causas reales, más allá de las monetarias, cuando se vive en un contexto de baja inflación (un dígito), como sucede en la mayoría de los países.  La famosa frase de Milton Friedman: “la inflación es un fenómeno monetario siempre y en todas partes” hay que calificarla; lo es,  pero sólo en largo plazo. Para periodos más cortos de tiempo pueden existir otros factores que la explican y no me estoy refiriendo sólo a situaciones como la peruana en la que estamos experimentando, en lo básico,  un impacto inflacionario como resultado del aumento internacional del precio de los commodities relevantes para nosotros (choques de oferta); impactos que podrían convertirse en  inflación generalizada si afectan adversamente las expectativas de los agentes económicos. Sino también a casos como el de China donde la inflación creciente que están experimentando tiene una explicación, en lo fundamental,  diferente a la monetaria. Una causa real. ¿Cómo puede suceder eso? Veamos.
Estados Unidos como consecuencia de la gran crisis que lo afectó viene experimentando una situación de aumento en la oferta de fondos prestables junto con una disminución en la demanda por dichos fondos, todo ello enmarcado por una situación de déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos. China, en cambio, está experimentando un aumento en la demanda  por fondos prestables a la par que una disminución en la oferta de dichos fondos, dentro de un contexto de superávit en la cuenta corriente. La economía nos dice que cuando un país tiene déficit en cuenta corriente está gastando más de lo produce y  a la inversa, cuando tiene superávit. Entonces, los movimientos que se están dando en USA y en China están en la dirección correcta para conseguir el equilibrio global. El primero estaría disminuyendo su exceso de gasto. El segundo, disminuyendo su déficit de gasto. Pero esto deja un asunto sin contestar: ¿qué rol tiene el tipo de cambio real? ¿Ninguno? No, tiene que moverse para complementar el ajuste agregado. ¿Por qué? Por la existencia de bienes y servicios no transables. Parte de la reducción en el gasto de USA recaerá sobre bienes chinos  pero también sobre bienes americanos y parte del incremento en el gasto de China recaerá sobre bienes americanos pero también sobre bienes chinos; con lo que a nivel agregado, en USA se experimentaría una caída  neta en la demanda por bienes americanos y en China, un aumento neto en la demanda por bienes chinos. Esto provocará, tarde o temprano, presiones inflacionarias en China y presiones recesivas  en USA.  ¿Y cómo se arreglaría esta situación? Si China permitiera una revaluación de su tipo de cambio (cambio en precios relativos, efecto sustitución), se produciría un aumento en la demanda neta por bienes americanos y, al mismo tiempo, una caída en la demanda neta por bienes chinos, que es el movimiento que se necesitaría en este caso para traer el equilibrio global pero hasta el momento China es reacia a permitir dicha apreciación por lo que el ajuste se tendrá que dar vía inflación en China y/o deflación en USA para conseguir el ajuste deseado en precios relativos. La inflación en China, tendría entonces, en lo básico, razones no monetarias.